Con excelentes propiedades alimentarias y muy recomendable para los pequeños de la casa, esta hortaliza se convierte en protagonista de mesas y decoraciones en Todos los Santos
El otoño, que llamaba a nuestra puerta, se ha instalado ya con nosotros. Y con él llegan los productos de temporada, aunque en la actualidad es habitual verlos en las estanterías de pequeños comercios y grandes superficies a lo largo de todo el año. Setas, alcachofas, berenjenas, pimientos… y calabazas.
Su «temporada alta» se extiende desde el verano hasta finales del otoño, lo que nos permite disfrutarla durante un largo periodo. Pero la cultura, la celebración y la estética vinculadas a la festividad de Todos los Santos, ya mundialmente conocida como Halloween, nos hace conectar inmediatamente la calabaza con esos días que transitan entre octubre y noviembre.
Pese a las distintas visiones existentes sobre la acogida brindada a Halloween en distintos puntos del planeta, la evidencia es que es difícil escapar a su influencia. Colegios, escuelas infantiles, establecimientos… muchos son los que, en los últimos años, se han rendido ya a su estética y tradiciones. Así que vamos a aprovechar que estamos en pleno tiempo de calabaza para sacarle el máximo provecho.
Y aunque lo nuestro es la alimentación y los hábitos saludables, en esta ocasión os presentamos una doble propuesta: aprendamos trucos para decorar la casa con calabazas y, a la vez, aprovechemos para preparar algunos platos con esta rica hortaliza. Y es que sus propiedades son envidiables: la Fundación Española del Corazón nos recuerda que es rica en agua y fibra, además de en hidratos de carbono, potasio, calcio, magnesio, vitaminas A, C y E y tiene un bajo aporte calórico, por lo que es ideal para personas de sobrepeso y problemas digestivos. Y, por si fuera poco, este rico producto contiene betacaroteno, que es un componente antioxidante.
Vamos con las manualidades…
El primer paso es elegir la calabaza que queremos para adornar nuestra casa: es importante decantarse por las que tengan una superficie más lisa y la base algo plana con el fin de que tenga la estabilidad necesaria para mantenerse por sí misma. Y el segundo, abrir una tapa por la parte superior y comenzar a vaciarla. Dado que luego queremos usarla en la elaboración de algunos platos, debemos intentar en la medida de lo posible extraerla en trozos.
Con la calabaza ya vacía, es el momento de hacer la cara: cuchillo en mano, abrimos do triángulos que serán los ojos y una boca. Para quienes no lo vean una tarea sencilla, aconsejamos dibujar sobre la piel de la hortaliza los ojos y la boca y usar la marca como guía para cortar.
Y como lo importante es el aspecto, que lejos de ser bonito tiene que resultar aterrador, no podemos olvidar el último detalle: introducir una vela para que, con las luces apagadas, logre el propósito de asustar a todo el que se cruce en su camino. ¡Y hay quienes incluso la adornan con bengalas!
Ahora… ¡a cocinar!
Sabéis que una de las apuestas de Mercasalamanca es evitar el desperdicio alimentario, y precisamente Halloween y sus celebraciones nos brindan una oportunidad de oro para aprovechar alimentos y darles un buen uso. Así que, con la carne de la calabaza limpia, es decir, sin pipas, podemos ponernos manos a la obra en la cocina.
Y aunque quizá sea una de las opciones menos originales, el otoño y las temperaturas, que poco a poco van bajando, invitan a preparar una rica crema de calabaza para la cena, por ejemplo. Nuestra propuesta es de lo más sencilla: solo necesitaremos el interior de la calabaza que ahora adorna nuestro salón, ya limpio, además de patata, zanahoria y puerro. Todo junto, con agua, sal y un chorro de aceite de oliva, se convierte en un plato templado, ligero y sano estupendo.
En caso de que la decoración de Halloween no entre en vuestros planes, podéis elaborar la crema de igual modo con calabaza fresca o congelada. Porque ya os hablamos recientemente de la mejor manera de conservar las hortalizas y verduras que se han recogido a lo largo del mes de septiembre: ahora tan solo toca sacarlas del congelador y disfrutar de ellas.
De segundo, carne y pescado
Si algo la caracteriza, además de sus propiedades, es la facilidad con la que podemos introducir la calabaza en muchas elaboraciones. En este caso, os proponemos un estofado de ternera en el que acompañaremos la carne y nuestra hortaliza estrella con puerro, patatas, cebolla, guisantes, hierbas y especias al gusto. Y, por supuesto, aceite y sal.
También hay menú para quienes son más de pescado: ¿cómo suena un plato de merluza con salsa de calabaza? Pues la receta es bien sencilla ya que solo necesitaremos unos lomos de pescado, patata, puerro, calabaza, aceite de oliva y sal. Las verduras en crema servirán de «base» para nuestro pescado, que hará las delicias de todos.
¡Queremos postre!
Quizá la zanahoria ha sido, en los últimos años, la reina de las hortalizas a la hora de elaborar postres. Pero la calabaza no tiene nada que envidiarla y, de hecho, las dos juntas forman un tándem inmejorable para preparar un bizcocho.
En este caso y como nos vamos a guiar por una receta del cocinero Sergio Fernández, necesitaremos 150 gramos de calabaza, 100 gramos de zanahoria, tres huevos, 50 gramos de azúcar, 100 gramos de harina integral, 8 gramos de levadura en polvo, aceite de oliva virgen extra y sal. Con todos estos ingredientes podremos elaborar un postre rico y sano para cuatro personas.