Septiembre llega cargado de tomates, pimientos, calabacines y otras tantas verduras que podemos elaborar y conservar para poder disfrutar de ellas todo el año

El lujo de poder paladear frutas y verduras cogidas directamente de la huerta es indescriptible. Es cierto que en muchos casos no tienen la «presentación de película» con las que las vemos en las grandes superficies, pero mantienen su esencia intacta: un sabor único. Y es precisamente ahora, en el mes de septiembre, cuando algunos afortunados reciben esas bolsas llenas de tomates, calabacines o pimientos de las huertas de familiares y amigos.

Todos sabemos que estas frutas y hortalizas, naturales cien por cien, tienen una duración mucho menor que las que se adquieren en muchos lugares. Y esta situación nos lleva a enfrentarnos a una coyuntura: ¿pasamos la semana buscando y elaborando recetas con tomates para que no se pongan malos? ¿Echamos pimiento a todos los platos de nuestro menú semanal para no tirarlos?

Ambas son, indudablemente, una solución fantástica, la mejor: fortalecemos nuestra dieta con alimentos de primera calidad y, a la vez, luchamos contra el desperdicio alimentario. Pero si no nos vemos capaces, existe una costumbre casi ancestral en este país para poder disfrutar de esas frutas, hortalizas y verduras a lo largo de todo el año: conservarlas.

Quizá en la actualidad, sobre todo en los entornos urbanos, apenas se ven despensas llenas de botes de tomate y pimientos. Pero hace unos años, y no tantos como pensamos, era una escena cotidiana, habitual, en la que además tenían presencia otros productos, como los chorizos u otras carnes que también se conservaban.

¿Quieres disfrutar de tus productos de huerta todo el año? Pues te damos unos sencillos consejos para elaborar y mantener las verduras y hortalizas.

 

La higiene, clave de la preparación

Seguramente a muchos les resulte obvio, pero la higiene es fundamental a la hora de manipular slot pulsa alimentos y de trabajar la cocina. En este caso y dado que vamos a optar por conservar al vacío nuestras hortalizas, es imprescindible que los botes de cristal que empleemos estén limpios. ¿La mejor manera de garantizarlo? Pues esterilizándolos, es decir, metiéndolos a hervir para asegurar que no quedan restos de ningún tipo. El proceso incluye botes y tapas.

Cuando ambos hayan hervido, es el momento de comenzar con la operación. Es sencilla: se trata de ir llenándolos con el slot deposit pulsa producto (salsa de tomate, pimientos…) teniendo siempre presente que hay que dejar al menos un dedo vacío en la parte superior. Cuando estén listos, procedemos a cerrarlos y los metemos en una cazuela al baño maría durante 30 minutos.

Para poner en práctica este sistema, que como os decíamos ha sido y sigue siendo habitual en muchas casas, os damos dos consejos más. El primero: coloca una etiqueta en cada bote con el producto que contiene y la fecha en la que se ha realizado la conserva. Y además: guárdalo en espacios similares a las antiguas despensas que los custodiaban, es decir, en lugares frescos y secos, por supuesto, y sin luz. Una última recomendación: allí no deberían de pasar más de un año.

 

También podemos congelar

verdurascongeladas

Del mismo modo que en distintos establecimientos podemos adquirir bolsas de verduras congeladas, existe la posibilidad de realizar ese proceso en nuestra propia casa. La premisa que debemos de tener en cuenta en primer término es sencilla: los alimentos deben ser lo más frescos posible y, preferiblemente, no tener un alto contenido de agua para evitar su deterioro.

Este sistema, que garantiza el mantenimiento del valor nutritivo de las verduras y hortalizas, comienza con el lavado y troceado del producto que vayamos a congelar. A continuación, se vierte en una olla con agua hirviendo: se trata de un proceso llamado «escaldado» que consiste en meterlas y sacarlas antes de que comiencen a hervir, en apenas dos minutos. Aunque es breve, se considera tiempo suficiente para eliminar posibles bacterias.

Existe la posibilidad de conservar congeladas verduras y hortalizas saltando este proceso, es decir, en crudo, aunque no está recomendado, por ejemplo, en el caso de las calabazas, coles, calabacines, pimientos, berenjenas o zanahorias. Y de nuevo, no olvidemos etiquetarlas con la fecha de congelación porque, al contrario que con el baño maría, lo idóneo en este caso es consumirlas antes de tres o cuatro meses.

¿Y si escabechamos?

El escabeche es otra solución tradicional que nos permitirá conservar algunos de los productos de nuestra huerta para sacarlos a la mesa y disfrutarlos a lo largo del otoño y el invierno. En este caso, os proponemos una conserva con tomates, puerros, zanahoria, pimientos, coliflor, champiñones, maíz, cebolla e incluso bonito, por ejemplo.

Con agua, vinagre, aceite, laurel y especias como romero o pimienta se completa esta propuesta, que por supuesto implica cocinar de manera previa los alimentos para poder degustarlos en todo su esplendor cuando las huertas ya estén descansando. Pero solo hasta el año que viene, hasta que las bolsas con tomates, peras, calabacines y calabaza de familiares y amigos vuelvan a adueñarse de nuestra cocina.