Aunque hoy día es posible encontrar casi todos los productos en cualquier época del año, consumir los de temporada no solo es beneficioso para nuestra salud, sino que contribuye a cuidar el medio ambiente

Hablábamos hace poco de la cantidad de productos que podemos encontrar en la actualidad en cualquier tienda o cadena de distribución. Frutas tropicales, pescados poco comunes o verduras típicas de cualquier punto del planeta están al alcance de nuestra mano en el día a día. Da igual la estación, la temporada. La globalización hace que tengamos de todo casi en cualquier momento.

Junto a esta realidad se sitúa la apuesta por el producto de temporada. El consumo de determinados alimentos en el momento adecuado tiene una explicación: aportan los nutrientes necesarios en cada momento. Y, desde la perspectiva medioambiental, la reducción de los traslados para hacer llegar producto de fuera impacta de forma positiva en el medio ambiente, lo que supone un aliciente adicional slot pulsa.

La aportación inteligente de nutrientes

La Guía de las frutas y verduras de temporada ¡para las personas que quieren ayudar a cambiar el planeta!, editada por Greenpeace, desgrana los beneficios de consumir productos de temporada. El primero es el ya hemos mencionado: los alimentos propios de cada momento aportan al cuerpo lo que necesita. Es decir, en invierno, con río y falta de sol, los productos de temporada brindan a nuestro cuerpo los nutrientes y vitaminas que ayudan a paliar esas carencias. ¡Nada es casual en este sistema!

Existen además otros beneficios incuestionables: consumiendo productos de temporada ayudamos a los productores locales, apostamos por productos más frescos que los que llegan de otros puntos del planeta, contribuimos a la sostenibilidad ya que el impacto medioambiental del transporte es mucho menor y ayudamos a reducir el desperdicio alimentario. ¿Por qué? Pues como ya hemos dicho en otras ocasiones, las frutas o verduras que no responden a un canon estético perfecto no tienen menos nutrientes ni propiedades, pero en cambio son descartadas para venderse en determinados espacios. Y con el producto de proximidad, esas prácticas no suelen darse.

¿Qué productos nos tocan en febrero?

Según la mencionada Guía, en febrero, mes que acabamos de inaugurar, podemos disfrutar de una amplia variedad de frutas y verduras que se encuentran en su momento óptimo de maduración. Así que estamos en el momento ideal para no privarnos de ricas frutas como aguacate, kiwi, cítrico como limón, mandarina, pomelo o naranja o plátano.

En el apartado de verduras, a lo largo de este mes podemos deleitarnos con recetas que slot deposit pulsa incluyan frescas acelgas, alcachofas, calabaza, ajo y cebolla secos, apio, borraja, col, coliflor, lechugas, lombarda, nabo, puerro, rábano, remolacha o zanahoria.

Última llamada para…

Dado que el producto de temporada, como hemos explicado, es estacional, es importante que tengamos en cuenta que también en febrero tenemos la oportunidad de consumir por primera o última vez frutas como guayaba, membrillo o papaya. Lo mismo sucede con el brócoli, la cebolla, el espárrago o el guisante, entre otros.

¿Cómo elaborar estos productos?

El auge de la gastronomía y la riqueza del mapa alimentario de nuestro país ha propiciado que en los últimos años España se haya llenado de cocineros, aficionados y recetas. Esta fantástica realidad nos ha ayudado a todos a elaborar y degustar platos sabrosos y a sacar el mejor provecho a muchos alimentos que nunca pensamos encontrar en nuestra despensa.

En un momento en el que es habitual acudir a Internet a buscar recetas para elaborar determinados productos, la Guía ofrece además una propuesta de plato para cada mes del año en función de los alimentos que no podemos perdernos en ese momento.

En el caso de febrero, apuesta por preparar un rico puré de calabaza que se acompañaría, además, de dos puerros, tres zanahorias, una patata mediana y aceite de oliva y sal, que son opcionales, aunque siempre le dan un toque especial a cualquier propuesta culinaria.

Sumando las frutas y verduras en pleno apogeo en febrero podemos plantearnos una cena en la que reine una sencilla ensalada de lechuga, cebolla y aguacate, con un chorrito de aceite de oliva virgen extra, o un plato de alcachofas salteadas con jamón. Una naranja de mesa aderezada con una cucharadita de miel natural será la guinda de una propuesta sencilla pero llena de nutrientes y aderezada con grandes dosis de compromiso medioambiental.