La FAO conmemora el Día Mundial de la Alimentación recordando que el hambre avanza a la vez que se producen alimentos suficientes para toda la población mundial

En la jornada de hoy, 16 de octubre, se conmemora el Día Mundial de la Alimentación, fecha proclamada en 1979 por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) con el fin de concienciar a la población de todo el mundo sobre los problemas de hambre y pobreza que afectan a una cada vez mayor cantidad de personas a lo largo y ancho del planeta.

Hace unas semanas recordábamos que la propia FAO alertaba ya en 2018 de que la producción alimentaria que se desperdicia permitiría alimentar a 2.000 millones de personas, realidad difícilmente asumible en un mundo en el que millones de personas, según la misma Organización, no pueden permitirse una alimentación sana, lo que las sitúa en alto riesgo de inseguridad alimentaria y malnutrición.

Dado que no se trata únicamente de una cuestión de suministro, ya que en la actualidad, como hemos dicho, se producen alimentos suficientes para nutrir a todos los habitantes de la Tierra… ¿qué está sucediendo?

Crecen los desafíos

A nadie se le escapa que los dos últimos han sido años cargados de desafíos y retos para todos, desde la pandemia de Covid hasta la guerra entre Rusia y Ucrania, pasando por los efectos del cambio climático, el aumento de conflictos y de puntos calientes y la conocida (y sufrida) escalada de precios como consecuencia del enfrentamiento que se libra en suelo europeo.

Todas estas realidades no han hecho más que abrir más la brecha de la seguridad alimentaria mundial. Y es que según el informe El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2021. Transformación de los sistemas alimentarios en aras de la seguridad alimentaria, una mejor nutrición y dietas asequibles y saludables para todos, la cifra de personas subalimentadas en el mundo siguió en aumento en el año 2020. De hecho, ese año, el del avance de la pandemia en todo el mundo, sufrieron las consecuencias del hambre entre 720 y 811 millones de personas.

Los datos son tozudos: la inseguridad alimentaria moderada o grave ha registrado un lento aumento en los últimos seis años y afecta en la actualidad a más del 30% de la población mundial. Además, se estima que en 2020 el 22% de los niños menores de cinco años se vio afectado por retraso del crecimiento, el 6,7% por emaciación y el 5,7% por sobrepeso. A todo ello se suma que casi el 30% de las mujeres de 15 a 49 años padecía anemia en 2019.

Es evidente que esta situación complicará el cumplimiento del segundo de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), centrado en la consecución del Hambre cero. Tanto es así que se estima que tan solo una cuarta parte de los países va camino de cumplir las metas de los ODS para 2030 en materia de retraso del crecimiento, emaciación y sobrepeso.

Inaccesibilidad de las dietas saludables

Mercasalamanca, empresa pública comprometida con la sociedad, defiende allá donde va su apuesta por los hábitos saludables de alimentación. Lo creemos firmemente y lo ponemos en valor, pero somos conscientes del gran reto que tener una dieta saludable supone para millones de personas. De hecho, el mencionado Informe de la FAO nos recuerda que esta alimentación, la deseable para todos, era inasequible hace solo tres años para unos 3.000 millones de personas en todo el mundo, de manera muy especial en África, América Latina y el Caribe.

Somos conscientes de las graves dificultades que afronta nuestro planeta. Pero, a la vez, no perdemos la esperanza de ver cómo algunos de esos retos se superan. Porque las propuestas de mejora están sobre la mesa: existen recetas para abordar la transformación de los sistemas alimentarios para afrontar los problemas.

Seis propuestas para frenar el hambre

Lo que desde nuestras latitudes puede parecer relativamente sencillo, no lo es tanto cuando se trata de hacer frente a retos globales como el hambre. Pero entre las vías para enfrentar la situación, el Informe de la FAO apunta algunas fundamentales, como la integración de las políticas humanitarias, de desarrollo y de consolidación de la paz en las zonas afectadas por conflictos.

A esta se sumarían la ampliación de la resiliencia climática en los distintos sistemas alimentarios, el fortalecimiento de la resiliencia de la población más vulnerable ante las adversidades económicas, la intervención a lo largo de las cadenas de suministro para reducir el costo de los alimentos nutritivos, la lucha contra la pobreza y las desigualdades estructurales desde la perspectiva de la inclusión y el impulso del cambio de comportamiento de los consumidores para promover hábitos alimentarios que tengan efectos positivos en la salud humana y el medio ambiente.

MercasalamancaLa instantánea que nos presenta la FAO no hace más que ratificar el compromiso de Mercasalamanca con el respeto al medio ambiente, aspecto fundamental a tener en cuenta en este escenario, y con la promoción de la alimentación saludable, la seguridad alimentaria y el apoyo al producto local, de proximidad. Porque, como nos recuerda la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, todos y cada uno de nosotros debemos trabajar juntos para lograr el cumplimiento del Objetivo 2 de los ODS y construir un mundo mejor, más justo, inclusivo y sostenible para todos.